Los san jacobo son originarios de la zona de Galicia (España).
Su nombre hace referencia de Santiago Jacobo Yago, patrón de una ciudad de Suiza y donde su tumba se encuentra en la catedral de Galicia, final del Camino de Peregrinación de Santiago.
Es una receta muy sencilla de elaborar con ingredientes básicos como son el jamón york y el queso y todo ello rebozado en harina, huevo y pan rallado. Pero aunque sea una receta fácil, no tiene nada que ver con el resultado final crujiente y el queso derretido.
El san jacobo es una variante del cordon bleu, con origen Francés y también puedes disfrutar del cachopo asturiano.
Ingredientes
Como preparar San Jacobo
Primero, sobre la superficie que vamos a trabajar ponemos la loncha de jamón york y añadimos encima dos de queso (del que más os guste o de fundir) y añadimos encima otra loncha de jamón york.
Preparamos un bol con la harina, otro bol con los huevos batidos y otro bol con el pan rallado, y en una sartén ponemos abundante aceite y llevamos a fuego alto.
Pasamos nuestros cuadrados de jamón y queso por cada bol, en el orden que indiqué arriba, por todos los lados, incluyendo los bordes.
Vamos añadiendo a la sartén, freímos 1 minuto por cada lado, retiramos y sacamos a una bandeja con papel absorbente de cocina, para quitar el exceso de aceite.
Servir caliente, para que al cortar el queso esté fundido y el exterior crujiente.
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Ingredientes
Instrucciones
Primero, sobre la superficie que vamos a trabajar ponemos la loncha de jamón york y añadimos encima dos de queso (del que más os guste o de fundir) y añadimos encima otra loncha de jamón york.
Preparamos un bol con la harina, otro bol con los huevos batidos y otro bol con el pan rallado, y en una sartén ponemos abundante aceite y llevamos a fuego alto.
Pasamos nuestros cuadrados de jamón y queso por cada bol, en el orden que indiqué arriba, por todos los lados, incluyendo los bordes.
Vamos añadiendo a la sartén, freímos 1 minuto por cada lado, retiramos y sacamos a una bandeja con papel absorbente de cocina, para quitar el exceso de aceite.
Servir caliente, para que al cortar el queso esté fundido y el exterior crujiente.