Lo primero es separar las yemas de las claras, y reservamos las claras en el frigorífico.
Derretimos el chocolate blanco al baño maría.
Añadimos el queso crema al chocolate blanco, mezclando bien hasta que ambos se integren (seguimos al baño maría).
Retiramos el bol del baño maría y dejamos enfriar.
Pre-calentamos el horno a 170ºC por arriba y abajo.
En la bandeja de horno añadimos 2 dedos de agua, para que genere el vapor en el horno.
Añadimos a nuestra mezcla, las 3 yemas reservadas y mezclamos todo bien hasta integrar los ingredientes por completo.
En un bol aparte, vamos a montamos las claras a punto de nieve.
Añadimos 1/3 de las claras a punto de nieve a la mezcla anterior y mezclamos con movimientos envolventes, para que no se baje las claras.
Añadimos las claras restantes, mezclando con los mismo movimientos envolventes, para que no se bajen y reservamos.
Preparamos los moldes, aptos para el horno, añadiendo papel de horno fondo para que no se nos peguen y añadimos la preparación anterior.
Metemos al horno durante durante 15 minutos.
Transcurrido el tiempo, bajamos la temperatura a 150º y horneamos durante 15 minutos más.
Apagamos el horno y dejamos el pastel dentro del horno 15 minutos más (con el horno apagado).
Sacamos el pastel del horno y dejamos que temple un poco antes de desmoldar sobre una rejilla, para que enfríe por completo.
Una vez frío sacamos del molde con cuidado y espolvoreamos azúcar glas por encima, si se desea, y listo para degustar.