Cogemos un cazo, y añadimos la mantequilla y la cebolla, y ponemos a fuego medio.
No dejamos de mover, con ayuda de unas varillas.
Cuando se derrita la mantequilla y la cebolla vaya ablandando, añadimos la harina, sin parar de mezclar.
Hay que seguir moviendo hasta que se integre bien la harina, sin grumos.
Añadimos la leche, poco a poco, sin parar de mover.
Lo vamos integrando poco a poco, sin dejar de mover con las varillas, para que no se formen grumos, a fuego bajo.
Cuando vaya espesando la salsa, ya estará lista nuestra bechamel.
Añadimos sal al gusto y movemos de nuevo.
Opcional, le puedes añadir un poco de nuez moscada, pimienta negra, o las especias que más te gusten y movemos.
Dejamos reposar nuestra salsa, que se formará más espesa, y ya está lista para consumir o realizar otros platos.
Raciones 4