Primero, vamos a calentar la leche en un cazo añadiendo la vaina de vainilla, las yemas y el azúcar, y llevamos a fuego fuerte sin dejar que hierva, para ellos mientras calienta no dejaremos de batir la mezcla, al mismo tiempo.
Cuando veamos que empieza a hervir en la superficie, sacamos del fuego y dejamos templar en un recipiente hondo.
Una vez templada la mezcla, añadimos la nata y mezclamos hasta integrar, se formará una crema.
Añadimos esta crema a un recipiente con tapadera y llevamos al congelador.
Cada 30 minutos debemos sacar del congelador, volver a batir (para romper los cristales de hielo que se van formando) y volver a meter en el congelador. Repetimos esta operación varias veces, mínimo 4 ó 5.
A la hora de servir el helado, sacamos del congelador 10 minutos antes para poder formar bolas y esté más blando.
Raciones 6