Primero, vamos a congelar el salmón en el congelador 24h., para no preocuparnos, ya que es una receta que se consume sin cocinar.
Una vez fuera del congelador, todavía algo congelado, lo cortaremos muy finamente (si sigue algo congelado, es más fácil de cortar).
Cogemos un bol y añadimos el aceite, el zumo del limón, la pimienta rojo y negra y la sal rosada (podéis utilizar sal blanca) y las semillas de sésamo y mezclamos muy bien para preparar la vinagreta.
Añadimos al bol el salmón y reservamos 30 minutos, para que macere.
A la hora de servir, ponemos en los platos o en una fuente el salmón en el fondo, y por encima le podemos poner unas hojas de rúcula o canónigos, unos tomates cherry, queso parmesano y unas alcaparras por encima (todo estos ingredientes son opcionales), le aportarán un sabor más intenso al salmón.
Raciones 2